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FAMILIA

Disfruta cada etapa de tus hijos

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Por: Manuela Castellanos

El mes de agosto, es un mes de mucha celebración y muchos cumpleaños.

Noah, mi hijo mayor, cumplió el 8 de este mes, también mi hermanito Matías y mi cuñado Laudijair. Lo más sorprendente es que parece que hace unos pocos días hubiera dado a luz a mi hijo. ¡Cuatro años se pasaron muy rápido!

Cuando le preguntaron a Billy Graham después de muchos años de experiencia ministerial, cuál había sido una sorpresa de la vida, él respondió: la brevedad de la vida. Estoy de acuerdo con él. La vida pasa muy rápido, el Salmista dijo: “mis días son como sombra que se va”(Sal.102:11). Nuestro tiempo en la tierra pasa muy rápido, y sobre todo, el tiempo que tenemos a nuestros hijos con nosotros en casa también es corto.

Sé lo que demanda ser mamá. De hecho, creo que ha sido una de las responsabilidades más grandes y que más tiempo han demandado; no solo tiempo, sino energía, y MUCHA paciencia. Sin embargo, es importante en medio de todas las responsabilidades, y del agite del día a día PARAR solo para disfrutar a nuestros hijos. Reír con ellos, disfrutar cada etapa por la que pasan.

Hace poco me encontré con un pasaje que me llamo la atención. Creo que muchos estamos familiarizados con este pasaje, lo encontramos en Génesis 18:10-13 dice: “Entonces dijo: De cierto volveré a ti; y según el tiempo de la vida, he aquí que Sara tu mujer tendrá un hijo. Y Sara escuchaba a la puerta de la tienda, que estaba detrás de él. Y Abraham y Sara eran viejos, de edad avanzada; y a Sara le había cesado ya la costumbre de las mujeres. Se rió, pues, Sara entre sí, diciendo: ¿Después que he envejecido tendré deleite, siendo también mi señor ya viejo? Entonces Jehová dijo a Abraham: ¿Por qué se ha reído Sara diciendo: ¿Será cierto que he de dar a luz siendo ya vieja?”.

Para Sara el quedar encinta y el tener fruto en su vientre, representaba su mayor deleite. Creo que esto es una gran enseñanza de lo que significa cada hijo que Dios nos dé. Ellos deben ser la mayor alegría de nuestro corazón. Aun en esos días que se levantan con fiebre, que lloran, que no quieren nada (precisamente hoy mi hijo Nathan ha estado indispuesto), debemos gozarnos en todo momento. Y siempre darle gracias a Dios porque a Él le plació confiarnos a personitas para que las guiemos y las direccionemos.

Hoy, junto con mi esposo, podemos decir que ser padres de Noah, Nathan (y ahora del bebe que viene en camino) ha sido el mayor deleite para nosotros. Amamos, y disfrutamos cada tiempo que tenemos para estar con nuestros hijos. Ellos son la alegría de nuestro corazón.


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