DEVOCIONAL
Tres pasos para orar con tus hijos pequeños
Por: Felipe Bernal
Una de las preocupaciones más grandes de todos los padres es que los hijos puedan seguir los caminos del Señor desde pequeños y que siempre permanezcan en él. La Biblia nos muestra cómo podemos lograr estos propósitos. Según Proverbios 22:6: “instruye al niño en su camino y aun cuando fuere viejo no se apartará de él”. Esto indica que la instrucción en la Palabra debe iniciar desde la infancia. Del mismo modo, Romanos 10:17 nos enseña que “la fe es por el oír, y el oír, por la Palabra de Dios”, lo que quiere decir que la mejor manera de fortalecer la fe de un niño y asegurar que esta perdure en el tiempo es mantenerlos en contacto con la Palabra desde pequeños.
Devocional diario
La vida devocional es el contacto diario con la Biblia. En cuanto a los niños, este contacto se debe convertir en un hábito, al igual que lavarse los dientes. Lo mejor es hacerlo en el mismo momento del día y siguiendo un mismo esquema. En ellos, las rutinas generan estabilidad y disciplinas que perdurarán de por vida. Hay muchas maneras de hacer el devocional. A continuación encontrarás algunas sugerencias a la hora de hacerlo con los pequeños:
1. Lectura de la Palabra
Es muy importante que los niños sepan que la base de todas tus enseñanzas es la Palabra de Dios y que desde su niñez aprendan a valorarla. Hoy en día existen muchos recursos que te pueden ayudar: Biblias ilustradas para bebés y niños pequeños o traducciones en lenguaje sencillo para los más grandes. Puedes iniciar la lectura de la Palabra incluso en bebés de brazos.
Cuando tus hijos sean más grandes, puedes motivarlos para que memoricen un versículo cada semana.
2. Reflexión sobre la Palabra
Una vez leído el texto del día, es importante que los niños entiendan el significado de lo que leyeron (o escucharon). Puedes hacer algunas preguntas claves del texto para que el niño entienda, a través de sus respuestas, lo que Dios quiere hablarle. Después, las preguntas deben llevar al niño a saber cómo aplicar la enseñanza en su vida. Esta es la parte más importante del devocional. El niño tiene que aprender lo antes posible que el propósito de la Biblia es producir un cambio en nuestras vidas y no simplemente llenarnos de conocimiento.
Te recomiendo que antes del devocional con tu hijo, hagas tu devocional con el mismo texto, así puedes preparar las preguntas indicadas y también saber cómo responder cualquier pregunta que el niño tenga.
3. Oración
Debes acompañar la Palabra con la oración. Enséñale a orar a tu hijo y también ora con él. Tu ejemplo es una de las herramientas más poderosas que tienes para enseñar a tu hijo. Dale siempre la oportunidad para que el participe de la oración y no sea simplemente un oyente.
La vida devocional tiene el poder de transformar un hogar y convertirlo en un verdadero altar de adoración. Coloca a Dios en primer lugar y enseña a tus hijos a que hagan lo mismo.
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